FIMAQH es un puente de encuentro entre los grandes fabricantes nacionales y el comercio internacional. La integración presenta desafíos para la industria local en un escenario global complejo que se debe sortear con la presencia de políticas públicas que fomenten el crecimiento productivo de Argentina.
En la industria productiva los equipamientos, tecnologías y capacidades para mejorar las condiciones de competitividad están enlazados entre lo nacional y el comercio internacional, en ese sentido, FIMAQH se convierte en un puente dónde convergen estos dos vectores que tienen un fin en común: la posibilidad de crecer en desarrollo productivo.
La visión integral que inspira a esta nueva edición de FIMAQH tiene un fuerte anclaje en el desarrollo de la producción nacional, pero al mismo tiempo una perspectiva de abrirse al mercado internacional diversificando las alternativas para resolver las diferentes dificultades que se presentan al momento de importar. Las reglas de transferencias, las licencias necesarias para el comercio exterior y la ingeniería económica que deben realizar las PYMES e industrias para comprar partes y repuestos, en muchas ocasiones, genera una situación de tensión entre proveedores y empresas porque es difícil transferir al exterior.
Mariana Fernanda Poggi, de Gala Gar S.R.L, empresa expositora de FIMAQH y productora nacional, en ese sentido afirmó: “La gran limitante es que no tenemos dólares, no sé si hay una salida rápida a esta situación, pero la realidad es que la industria es un motor del país, no todos los que importamos somos una amenaza para el mercado local, sino que estamos tratando de producir y cuando importamos un producto es porque necesitamos un repuesto o alguna pieza que no se produce en Argentina. Hay que desarrollar estrategias que faciliten la tarea titánica de transferir dinero al exterior”.
Las oportunidades que surgen en medio del complejo contexto de salida de la pandemia y comienzo de una guerra (Ucrania – Rusia) dejan aprendizajes que ponen de manifiesto la capacidad de reinvención, innovación y transferencia que tiene la industria nacional argentina que expone en FIMAQH.
Horacio Uranga, gerente comercial de Uranga S.A, una empresa familiar dedicada a fabricar y comercializar herramientas de roscar y de corte, expresó: “Lo que se vio agravado con el inicio de la pandemia fue la producción, continuamos comercializando nuestros productos, pero no pudimos seguir produciendo entonces el stock que tuvimos se mantuvo congelado durante buena parte del inicio de la pandemia”.
“Los últimos dos años fueron más flojos de exportación, principalmente por todas las barreras que había de movimiento de personas lo cual dificultaba y nosotros decidimos no apuntar tanto a la exportación”, señala Fernando Göttert, gerente general de Göttert Argentina. Al mismo tiempo el industrial asegura: “Esta situación se compensó con una realidad que es que el mercado argentino dentro de las dificultades que convivíamos con la pandemia seguía traccionando”.
La FIMAQH ofrece una oferta en nuevas tecnologías aplicadas a procesos productivos que demandan la industria automotriz, agroindustrial, metalúrgica, minera, línea blanca, entre otras, siendo así un termómetro del funcionamiento de las fábricas en nuestro país. En ese sentido, los empresarios consideran muy importante que las autoridades pongan los ojos en esta feria “Industrialicemos nuestro país, démosle la importancia que la industria se merece porque es el motor de nuestro país. La Argentina vive de la industria importada y vive de la fabricación nacional porque lo que se exporta se fabrica acá”, sostuvo Poggi.
La organización de FIMAQH demuestra su compromiso para con la industria en esta nueva edición catalogada como “El reencuentro industrial argentino”, que mantiene sus puertas abiertas al público en el Centro Costa Salguero hasta el sábado 14 de mayo inclusive.